Trincheras de Ideas
Humberto
Gómez García
Tres
días tiene en desarrollo el denunciado golpe de Estado fascista. Los daños,
destrozos son incontables. Millones de bolívares se han acumulado en el gigantesco
daño patrimonial causado por las hordas mercenarias fascistas en Caracas y en
todo el país. No hablemos de los compatriotas asesinados, heridos y heridas. La
magnitud de la oleada de destrucción de bienes públicos no tienen parangón con
los intentos subversivos anteriores, sólo se compara con el sabotaje terrorista
en el complejo petrolero de Paraguaná en el 2012 o la destrucción de buena
parte de la industria petrolera durante el paro de 2002/2003.
Pero
donde la destrucción se ha afincado es, sin dudas, en el Estado Táchira, en
particular en la ciudad de San Cristóbal. Baste escuchar el relato de
destrucción en la ciudad que ha hecho el Gobernador Vielma Mora a la que
comparó con la Roma que incendió el emperador Nerón a principios del cristianismo.
¿Por
qué esa saña contra los tachirenses y particularmente contra su bella capital,
San Cristóbal? ¿Por qué los dirigentes visibles del golpe en marcha, María
Machado Malinche y Leopoldo López Boves han hecho tantos viajes a ese estado?
Creo
que allí puede estar una de las claves de la acción subversiva.
¿Qué
grupos son los que tienen incendiada la ciudad, destruido instituciones del
Estado y centro educativos como la sede de la UBV o la Contraloría de salud
totalmente incendiada?
Evidentemente
que grupos paramilitares –que no dudo en pensar que la mayoría son colombianos–
llevan la vanguardia de las acciones. La forma como se comportan, sus acciones
de pega y huye, el apoyarse en grupos estudiantiles, disolverse en ellos, tener
el apoyo del fascista alcalde municipal, poner al parecer en jaque al Ejército
y a la policía que no son más contundentes, sugieren una primera fase táctica
que se desarrolla en crear el caos en la misma medida que no son militarmente
reprimidos. Van paso a paso y tienen en buena medida el camino abierto porque
el gobierno no se decide a disolverlos por la fuerza.
¿Si
el gobierno no declara el estado de excepción regional qué pudiera pasar?
Es
un viejo objetivo de la ultra derecha venezolana y de sectores del uribismo
tratar de separar al Táchira de Venezuela para crear una bese de apoyo para
invadir al resto de Venezuela y enfrentar y destruir la Revolución Bolivariana.
Claro no es sólo el Táchira, su objetivo también es el Zulia y el Estado
Bolívar, pero donde lucen más fuertes es en el Táchira y el gobierno regional
se muestra débil.
Hay
un conjunto de otras razones para precipitar el golpe, una de ellas es la lucha
gubernamental contra el contrabando y el acaparamiento. En el caso del Táchira
es particularmente excepcional porque hay un verdadero ejército de colombianos
y venezolanos que forman parte de la industria del contrabando. Sin haber
llegado aún al fondo, los golpes asestados a empresarios venales que tienen
infinidad de productos escondidos para llevarlos a Colombia y revenderlos allá
a precios astronómicos.
No
sería de extrañar que muchos de los grupos paramilitares que hoy se ensañan con
crueldad y maldad infinita contra una ciudad centenaria y sus pacíficos
habitantes, sean los mismos que ejercen el delito del contrabando.
Pero
si esa es una razón –y de mucho peso– otra de mayor volumen lo constituye la
aprobación de la ley de precios justos. Ya el solo anuncio tuvo un impacto
sicológico entre el empresariado venal y corrupto de
Fedecamaras/Venachán/Consecomercio que ve temblar su falsa estructura de
enriquecimiento. No tengo la menor duda que de allí salió la orden de iniciar
el día D del no retorno que le dieron a la Malinche María Corina y al Boves
Leopoldo López. Claro después que desde el gobierno norteamericano autorizaran
la bárbara acción porque allí está el origen de cuanto está aconteciendo.
Es
decir, en Táchira se conjugan un conjunto de factores que hacen más particular
y principal la acción golpista. El que la gentuza del petróleo asilada en
Colombia hayan comprado 17 aviones, varios artillados y en las bases militares
en manos del ejército norteamericano cercanas a la frontera venezolana no es
casual. El ejército de paracos que tiene preparado el ex presidente Álvaro
Uribe y su odio infinito hacia Venezuela creando las condiciones para mover,
clandestinamente, por trochas y caminos verdes, esas fuerzas al país,
estacionarlas preventivamente en haciendas del narco tráfico.
Los
informes dados públicamente por el Gobernador Vielma Mora sobre la magnitud de la
destrucción en la ciudad, el someter a la ciudadanía a una tensión y angustia
extrema imponen, a nuestro juicio, el estado de excepción regional. La forma
como se está conduciendo el enfrentamiento a los violentos puede hacer que se
le vaya de las manos al gobierno regional, desde nuestra óptica la ciudad debe
ser militarizada.
Hay
informes hechos públicos por los grupos sociales y el poder popular en
Barquisimeto que señala que mientras el Gobernador Henry Falcón se deslindaba
de la violencia de primero injusticia y voluntad impopular, el clandestino y
solicitado delincuente incitador y organizador de la violencia y los crímenes
ocurridos, Leopoldo López Boves, se ocultó en la residencia del Gobernador
Falcón. Cierto o no, es claro que López se dirige al Táchira a dirigir la
violencia y probablemente ponerse a la cabeza de un posible gobierno si la
derecha llega a tomar esa importante plaza política. No desestimemos ninguna
posibilidad.
En
suma, creo que no debe perderse de vista lo que está ocurriendo en el estado
Táchira, no se debe permitir que por allí se cuele el golpe. (14/02/14)
(humbertocaracola@gmail.com)
(@hgcaracola).
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